22. ¡Maldito el que peque con su hermana, hija de su padre o de su madre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina