Esdras, 1

9. Éste era el inventario: treinta bandejas de oro y mil de plata, veintinueve cuchillos,

Stihovi vezani uz Esdras, 1:

Ezra 1 informa la restauración del templo en Jerusalén después del cautiverio babilónico. El capítulo describe como Ciro, rey de Persia, emitió un decreto que permitió a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir el templo. El capítulo también describe cómo Cyrus devolvió los utensilios sagrados del templo que habían sido saqueados por los babilonios.

2 Crónicas 36:23: "Así dice Ciro, Rey de Persia: El Señor Dios del Cielo me ha dado todos los reinos de la tierra, y a cargo de construirme una casa en Jerusalén, ¿Quién está en Judá. Tu pueblo? Señor, tu Dios, estar con él y sube ". Este versículo describe como Ciro, como un instrumento de Dios, permitió a los judíos reconstruir el templo en Jerusalén.

Isaías 44:28: "Quién dice de Ciro, él es mi pastor, y cumplirá todo lo que me agrada, diciéndole a Jerusalén, serás construido; y el templo: serás fundado". Este versículo profetiza la restauración de Jerusalén y la reconstrucción del templo por el rey Ciro, quien se llama pastor del pueblo de Dios.

Esdras 6:14: "Y los ancianos de los judíos estaban construyendo y prosperando, según la profecía del Profeta Haggai y de Zacarías, el Hijo de Ido. Construyeron y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por orden de Cyrus, y de Darius, y de Darius, y de Artaxerxes, reyes de Persia ". Este versículo destaca la importancia de las profecías de los profetas Agee y Zacarías, quienes alentaron a los judíos a reconstruir el templo en Jerusalén.

Ageu 1:8: "Subí al monte, traje madera y construí la casa; y me complaciré, y seré glorificado, dice el Señor". Este versículo es un mensaje de Haggai al pueblo de Judá, instándolos a reconstruir el templo en Jerusalén y prometiendo la aprobación de Dios si lo hacen.

Ageu 2:9: "La gloria de esta última casa será mayor que la del primero, dice el Señor de los anfitriones, y en este lugar daré la paz, dice el Señor de los anfitriones". Este versículo profetiza que la gloria del templo reconstruido será mayor que el del templo original y que Dios otorgará paz a las personas que lo adoran.