1. Y dirás aquel día: «Te doy gracias, Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero se te pasó el enojo y me levantaste.

2. ¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.

3. Y ustedes sacarán agua con alegría de las vertientes de la salvación.

4. Ustedes dirán ese día: ¡Denle las gracias a Yavé, vitoreen su Nombre! Publiquen entre los pueblos sus hazañas, celébrenlo, pues su Nombre es sublime.

5. ¡Canten a Yavé, pues hizo maravillas que ahora son famosas en toda la tierra!

6. ¡Grita de contento y de alegría, oh Sión, porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel!





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina