Job, 11
4. Tú has dicho: «Es pura mi conducta y soy irreprochable a los ojos de Dios.
4. Tú has dicho: «Es pura mi conducta y soy irreprochable a los ojos de Dios.
En Job 11, Zofar, uno de los amigos de Job, expresa su opinión sobre la situación de su amigo y ofrece consejos sobre cómo debe actuar. Zofar sugiere que Job está sufriendo porque lo merece, y que la solución a sus problemas es arrepentirse y buscar a Dios. Los versos relacionados con los temas abordados en el trabajo 11 son:
Job 4:7 - "Recuerda ahora: ¿Quién nunca ha perecido, siendo inocente? ¿O dónde fueron destruidos el recto?" Zofar sugiere que el sufrimiento de Job es un castigo merecido, y que debe haber cometido algún pecado para atravesarlo. Este versículo habla sobre la idea de que las personas sufren solo se merecen, lo cual es una creencia común en el tiempo de Job.
Proverbios 3:11-12 - "Mi hijo, la corrección del Señor, ni se desanimó cuando lo reprenden; porque el Señor reprende a quien ama, como el Padre, al Hijo a quien quiere bien". Zofar cree que el sufrimiento de Job es un castigo de Dios, pero este versículo muestra que la corrección divina no es necesariamente un castigo, sino un acto de amor y cuidado.
Job 9:20. Zofar sugiere que Job debería arrepentirse y buscar a Dios para terminar con su sufrimiento, pero este versículo habla sobre la dificultad de alguien que es inocente para defenderse de las acusaciones.
Salmo 34:19 - "Muchas son las aflicciones de los justos, pero el Señor lo entrega de todo". Zofar cree que Job solo está sufriendo porque se lo merece, pero este versículo muestra que el sufrimiento puede suceder incluso con personas justas, y que Dios puede librar a los justos de todas sus aflicciones.
Isaías 40:31 - "Pero aquellos que esperan al Señor renovarán su fuerza y se elevarán con las alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se quedarán". Zofar sugiere que la solución al sufrimiento de Job es arrepentirse y buscar a Dios, y este versículo habla sobre la importancia de la esperanza y la confianza en Dios para enfrentar los desafíos de la vida.
“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina