Talált 942 Eredmények: Ciudad

  • Salvará a este hombre de la mano del vengador de la sangre y lo hará volver a la ciudad de asilo en la que se refugió. Allí vivirá hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • Pero si el hombre ha salido de los límites de la ciudad de asilo en la que se ha refugiado, (Números 35, 26)

  • y el vengador de la sangre lo encuentra fuera del límite de su ciudad de asilo, podrá matar al homicida, sin que le pidan cuenta por esa sangre. (Números 35, 27)

  • Porque aquél debía permanecer en su ciudad de asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. El homicida no volverá a su propiedad antes de que haya muerto el sumo sacerdote. (Números 35, 28)

  • Tampoco aceptarán rescate del que se ha refugiado en una ciudad de asilo y quiere volver a vivir en su tierra antes de que muera el sumo sacerdote. (Números 35, 32)

  • Yavé me dijo entonces: No ataques a Moab ni lo provoques al combate, pues yo no te daré nada de su país. Quise que la ciudad de Ar perteneciera a los hijos de Lot . (Deuteronomio 2, 9)

  • Tú vas a pasar hoy por las fronteras de Moab, frente a la ciudad de Ar, (Deuteronomio 2, 18)

  • Desde Aroer, ciudad situada sobre la pendiente del torrente Arnón, y la ciudad que está abajo, hasta Galaad, no hubo aldea ni ciudad que no tomáramos: Yavé, nuestro Dios, nos las entregó todas. (Deuteronomio 2, 36)

  • Og, rey de Basán, era el último superviviente de la raza de los gigantes. En Rabba, ciudad de los amonitas, se muestra su cama de hierro, la cual tiene cuatro metros cincuenta de largo y dos de ancho. (Deuteronomio 3, 11)

  • pasarás a cuchillo a todos los habitantes de aquella ciudad. Echarás la maldición sobre la ciudad y todo lo que hay en ella; pasarás a cuchillo a todos los animales y, (Deuteronomio 13, 16)

  • luego, amontonarás los despojos en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos para cumplir la maldición de Yavé. Esta ciudad quedará convertida en un montón de ruinas para siempre, y jamás volverá a ser edificada. (Deuteronomio 13, 17)

  • No guardarás en tu poder ni la cosa más pequeña de esta ciudad, para que Yavé aplaque su cólera y sea misericordioso contigo y te bendiga como tiene jurado a tus padres que lo hará, (Deuteronomio 13, 18)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina