Talált 865 Eredmények: David

  • En su tiempo, los judíos consiguieron arrojar a los paganos de la provincia, especialmente a los de la ciudad de David, Jerusalén, donde habían construido una fortaleza de la que salían para profanar los límites del templo, causando graves ofensas a su santidad. (1 Macabeos 14, 36)

  • Este hecho se leía también en los archivos y en las Memorias del tiempo de Nehemías. Ahí contaban que Nehemías inició una biblioteca y reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de David y las cartas de los reyes relativas a las ofrendas. (2 Macabeos 2, 13)

  • Estos son Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, (Proverbios 1, 1)

  • Palabras de Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén. (Eclesiastés (Qohelet) 1, 1)

  • Tu cuello es como la torre de David, levantada para dominar; de ella cuelgan mil escudos, todos escudos de valientes. (Cantar 4, 4)

  • Cuando Dios se comprometió con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá, uno solo de sus hijos heredaría su realeza; con Aarón, en cambio, su sacerdocio pasa a todos sus descendientes. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 25)

  • Después apareció Natán que profetizó en tiempos de David. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 1)

  • Así como en un sacrificio se reservan las grasas para el Señor, así fue puesto aparte David entre los hijos de Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 2)

  • David se entretenía con leones y con osos como si fueran cabritos o corderitos. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 3)

  • Después de tantas hazañas, David rindió homenaje al Santo, al Altísimo, con cánticos de alanbanz; le entonó himnos con todo su corazón; se sentía contento por lo que le había hecho. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 8)

  • David puso delante del altar a los cantores con arpas para que dejaran oír sus voces melodiosas. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 9)

  • David tuvo por sucesor a un hijo lleno de sabiduría; gracias a su padre, vivió a sus anchas. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 12)


“O Santo Rosário é a arma daqueles que querem vencer todas as batalhas.” São Padre Pio de Pietrelcina