Talált 25 Eredmények: Desprecian

  • si desprecian mis normas y rechazan mis leyes; si no hacen caso de todos mis mandamientos y rompen mi alianza, (Levítico 26, 15)

  • Por eso Yavé, Dios de Israel, dice: Yo había prometido que tu familia y la familia de tu padre me servirían como sacerdotes para siempre. Pero ahora, lejos de mí tal cosa; porque a los que me honran, yo los honro, pero a los que me desprecian, yo los desprecio. (1 Samuel 2, 30)

  • Holofernes le dijo: «Bien ha hecho Dios en mandarte delante de tu pueblo, para demostrarle que el poder está en mis manos y la ruina en manos de los que desprecian a mi señor. (Judit 11, 22)

  • Hasta los niños me desprecian, y hacen burla de mí si me levanto. (Job 19, 18)

  • Por eso, el Creador del mundo, que formó al hombre en el comienzo y dispuso las propiedades de cada naturaleza, les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, ya que ustedes los desprecian ahora por amor a sus leyes.» (2 Macabeos 7, 23)

  • El comienzo del saber es el temor de Yavé, únicamente los tontos desprecian la sabiduría y la disciplina. (Proverbios 1, 7)

  • Si a uno lo honran siendo pobre, ¿cuánto más cuando sea rico? Si a uno lo desprecian siendo rico, ¿cuánto más cuando sea pobre? (Sirácides (Eclesiástico) 10, 31)

  • Una hija que de nada se sonroja avergüenza tanto a su padre como a su marido, ambos la desprecian. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 5)

  • «Miren cómo yo empujo contra ellos a los medos, que no se interesan por la plata y que desprecian al oro. (Isaías 13, 17)

  • A aquellos que desprecian la palabra de Yavé les aseguran «que tendrán paz», y a todos los que siguen los caprichos de su corazón, «que ninguna desgracia les va a suceder». (Jeremías 23, 17)

  • Sin embargo, todos los que te devoran serán devorados, todos tus opresores irán al destierro, todos tus saqueadores serán saqueados, y los que te desprecian pasarán a ser despreciados. (Jeremías 30, 16)

  • ¿No te has fijado en lo que esta gente comenta? Que Yavé ha dejado a un lado a las dos familias que había escogido, y, por eso, desprecian a mi pueblo, que para ellos ya no es una nación. (Jeremías 33, 24)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina