Talált 18 Eredmények: Esperaba

  • Acuérdate de todos los peligros por los que pasó cuando te esperaba. Cuando muera, entiérrala junto a mí, en la misma tumba. (Tobías 4, 4)

  • La noticia de su llegada se corrió de tienda en tienda. La gente de todo el campamento acudía en torno a ella, mientras esperaba fuera de la tienda de Holofernes que le anunciaran su llegada. (Judit 10, 18)

  • Yo esperaba la dicha, y llegó la desgracia. Esperaba la luz, y vino la oscuridad. (Job 30, 26)

  • Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, (Salmos 40, 2)

  • al escucharlos, se quedó consternado y abatido, porque las cosas no habían sucedido en Israel como lo esperaba y no se había logrado lo ordenado por el rey. (1 Macabeos 4, 27)

  • Cuando recibió estas noticias, quedó aterrado, y se conmovió profundamente. Enfermó y quedó muy deprimido porque las cosas no le habían salido como él esperaba. (1 Macabeos 6, 8)

  • De esta manera esperaba liberarse de la opresión de los griegos, ya que éstos trataban como esclavos a los israelitas. (1 Macabeos 8, 18)

  • A ellos se unió Menelao, quien con toda mala intención incitaba a Antíoco, pues no buscaba la libertad de su patria, sino que esperaba que le dieran de nuevo el cargo de sumo sacerdote. (2 Macabeos 13, 3)

  • Muchos dictadores han sido destronados y la corona ha pasado al que nadie esperaba. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 5)

  • La cavó quitando las piedras y plantó cepas escogidas. En medio de ella construyó una torre y también cavó un lagar. El esperaba que produjera uvas, pero sólo le dio racimos amargos. (Isaías 5, 2)

  • La viña de Yavé Sabaot es el pueblo de Israel, y los hombres de Judá, su cepa escogida. El esperaba rectitud, y va creciendo el mal; esperaba justicia, y sólo se oye el grito de los oprimidos. (Isaías 5, 7)

  • Ando perdido,cosas horribles me llenan de terror; el atardecer, que tanto esperaba, ahora me causa pánico. (Isaías 21, 4)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina