Talált 124 Eredmények: Joab
Digan también a Amasá: ¿No eres tú de mis huesos y de mi carne? Que Dios me castigue si no te hago para siempre jefe de mi ejército, en lugar de Joab.» (2 Samuel 19, 14)
Salieron con Abisaí, de Jerusalén, los hombres de Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes en persecución de Sebá. (2 Samuel 20, 7)
Estaban junto a la gran piedra que hay en Gabaón cuando Amasá se presentó ante ellos. Joab vestía un traje militar y sobre él llevaba ceñida al costado una espada en su vaina; aquélla se salió y quedó colgando. (2 Samuel 20, 8)
Joab dijo a Amasá: «¿Cómo está tu salud, hermano mío?» Y lo tomó de la barba con la mano derecha como para besarlo. (2 Samuel 20, 9)
Amasá no vió la espada que Joab tenía en la mano, y éste lo hirió en el vientre, derramando sus entrañas en el suelo; no tuvo que repetir el golpe, pues Amasá murió. Luego Joab y su hermano Abisaí siguieron en persecución de Sebá, hijo de Bikrí. (2 Samuel 20, 10)
Uno de los servidores de Joab se quedó junto al cadáver y decía: «El que esté por David y quiera a Joab que lo siga.» (2 Samuel 20, 11)
Una vez que lo hubo apartado del camino, ya nadie se detuvo y todos pasaban de largo siguiendo a Joab, que iba en persecución de Sebá. (2 Samuel 20, 13)
Joab pasó por todas las tribus de Israel y llegó a Abel-Bet-Maaká. Todos los aliados se reunieron y lo siguieron. (2 Samuel 20, 14)
Llegaron y sitiaron Abel-Bet-Maaká, donde estaba Sebá. Levantaron un terraplén frente a la muralla de la ciudad y todo el ejército que seguía a Joab cavaba debajo de la muralla para hacerla caer. (2 Samuel 20, 15)
Entonces, una mujer astuta gritó desde la ciudad: «Escuchen, escuchen. Digan a Joab que deseo hablar con él.» (2 Samuel 20, 16)
Joab se acercó y la mujer le preguntó: «¿Tú eres Joab?» El respondió: «Yo soy.» Ella, entonces, dijo: «Escúchame.» (2 Samuel 20, 17)
Joab respondió: «¡Lejos de mí! Yo no quiero destruir. (2 Samuel 20, 20)