Talált 351 Eredmények: Santo

  • Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descansó de sus trabajos después de toda esta creación que había hecho. (Génesis 2, 3)

  • Quién como Tú, Yavé, entre los dioses? ¿Quién como Tú, glorioso y santo, terrible en tus hazañas, autor de maravillas? (Exodo 15, 11)

  • El velo servirá para separar el Lugar Santo del Lugar Santísimo. (Exodo 26, 33)

  • Aarón y sus hijos los usarán siempre que entren en la Tienda de las Citas divinas o se acerquen al altar para cumplir con su ministerio en el Lugar Santo. De lo contrario incurrirían en falta y morirían. Es éste un precepto perpetuo para Aarón y su posteridad. (Exodo 28, 43)

  • Este será para ustedes el óleo de la unción sagrada de generación en generación. Nadie se ungirá con él, ni tampoco harán otro óleo de semejante composición. Es santo y lo tendrán por cosa sagrada. (Exodo 30, 32)

  • Prepara con ellos según el arte del perfumista un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo; (Exodo 30, 35)

  • Lo que quede será para Aarón y sus hijos: lo comerán sin ponerle levadura en un lugar santo dentro de la Morada. (Levítico 6, 9)

  • Todo varón de la descendencia de Aarón podrá comerla. Está será para sus descendientes una ley perpetua: todo lo que toque esas cosas sacrificadas por el fuego para Yavécosas pasará a ser santo también.» (Levítico 6, 11)

  • El sacerdote que la ofrece la comerá en un lugar santo, a la entrada de la Tienda de las Citas. (Levítico 6, 19)

  • Cualquier cosa que toque las carnes sacrificadas será santificada; si cae una gota de su sangre sobre algún vestido, se lavará en lugar santo; (Levítico 6, 20)

  • Así serán capaces de distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, (Levítico 10, 10)

  • Ustedes lo comerán en lugar santo, ya que es la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, según se me ha ordenado. (Levítico 10, 13)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina