Talált 13 Eredmények: desapareció

  • Enoc anduvo con Dios hasta que Dios se lo llevó: sencillamente desapareció. (Génesis 5, 24)

  • Gedeón lo hizo así. En ese momento el Angel de Yavé extendió el bastón que tenía en la mano y tocó la carne y los panes. De repente una llamarada salió de la roca. El fuego quemó la carne y los panes y el Angel de Yavé desapareció. (Jueces 6, 21)

  • Le puso al niño el nombre de Icabod, o sea «Desapareció la gloria», aludiendo a la captura del Arca de Dios y a la muerte de Helí y de su marido. (1 Samuel 4, 21)

  • Después desapareció su rencor contra Absalón, pues se había consolado de la muerte de Amnón. (2 Samuel 13, 39)

  • Bendigan ahora y den gracias al Señor; yo me voy al que me ha enviado. Escriban en un libro lo que se ha cumplido.» Y en seguida desapareció. (Tobías 12, 20)

  • Desapareció del país la guerra, ya que los reyes habían sido derrotados. (1 Macabeos 14, 13)

  • apenas se la ve ya desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes. (Proverbios 23, 5)

  • Las vegas de Nimrín son ahora un terreno abandonado, pues se secó la hierba, desapareció el pasto y se acabó el verdor. (Isaías 15, 6)

  • "Hijo de hombre, entona un canto fúnebre sobre Faraón, rey de Egipto. Dirás esto: ¡Cómo! ¿Desapareció el león de las naciones? Tú eras como el dragón de los mares; hacías hervir las aguas, las removías con tus patas y producías las olas. (Ezequiel 32, 2)

  • Al instante se le abrieron los oídos, le desapareció el defecto de la lengua y comenzó a hablar correctamente. (Evangelio según San Marcos 7, 35)

  • Jesús se inclinó hacia ella, dió una orden a la fiebre y ésta desapareció. Ella se levantó al instante y se puso a atenderlos. (Evangelio según San Lucas 4, 39)

  • Y al instante le desapareció la lepra. Jesús le dio aviso que no lo dijera a nadie. «Vete, le dijo, preséntate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como ordenó Moisés, pues tienes que hacerles tu declaración.» (Evangelio según San Lucas 5, 14)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina