Talált 104 Eredmények: temor

  • Respondió Abrahán: «Pensé que si no había temor de Dios en este lugar, podrían matarme por causa de mi esposa. (Génesis 20, 11)

  • Al tercer día José les dijo: «Les doy un medio para que se salven, pues yo también tengo temor de Dios. (Génesis 42, 18)

  • Ahora bien, cuando vaciaron sus bolsas, cada uno de ellos encontró su dinero en la boca de la misma. Este descubrimiento les produjo temor a ellos y a su padre. (Génesis 42, 35)

  • Moisés les respondió: «No teman, pues Dios ha venido para probarlos; él quiere que su temor permanezca en ustedes y así no pequen.» (Exodo 20, 20)

  • Se apoderó de los moabitas un gran terror al ver cuan numeroso era ese pueblo: cundió el pavor en Moab por temor a Israel. (Números 22, 3)

  • Vino a tu encuentro en el camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en la retaguardia, cuando tú estabas cansado y extenuado; no tuvo temor a Dios. (Deuteronomio 25, 18)

  • Tengan, pues, temor a Yavé, y sean cumplidores y fieles en servirlo. Dejen a un lado esos dioses que sus padres adoraron en Mesopotamia y en Egipto, y sirvan sólo a Yavé. (Josué 24, 14)

  • Gedeón, con ayuda de diez servidores, hizo lo que Yavé le había ordenado. Solamente que lo hizo de noche por temor a su familia y a la gente del pueblo. (Jueces 6, 27)

  • El otro, entonces, respondió: «Si es así la cosa, no podré hacerlo por temor a perjudicar a mis herederos. Te cedo el derecho, cumple tú con la obligación.» (Rut 4, 6)

  • Invocó Samuel a Yavé, que hizo tronar y llover ese mismo día, y todo el pueblo tuvo gran temor a Yavé y a Samuel. (1 Samuel 12, 18)

  • Algunos atravesaron el Jordán y fueron a Gad y Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba de temor junto a él. (1 Samuel 13, 7)

  • El temor de Saúl hacia David aumentó, y fue su enemigo hasta el fin de su vida. (1 Samuel 18, 29)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina