Talált 935 Eredmények: -Allí

  • El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. (Génesis 2, 8)

  • De Edén nace un río que riega el jardín, y desde allí se divide en cuatro brazos. (Génesis 2, 10)

  • Y cuando los hombres emigraron desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. (Génesis 11, 2)

  • Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos su lengua, para que ya no se entiendan unos a otros". (Génesis 11, 7)

  • Por eso se llamó Babel: allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra. (Génesis 11, 9)

  • Téraj reunió a su hijo Abrám, a su nieto Lot, el hijo de Harán, y a su nuera Sarai, la esposa de su hijo Abrám, y salieron todos juntos de Ur de los caldeos para dirigirse a Canaán. Pero cuando llegaron a Jarán, se establecieron allí. (Génesis 11, 31)

  • Entonces el Señor se apareció a Abrám y le dijo: "Yo daré esta tierra a tu descendencia". Allí Abrám erigió un altar al Señor, que se le había aparecido. (Génesis 12, 7)

  • Después se trasladó hasta la región montañosa que está al este de Betel, y estableció su campamento, entre Betel, que quedaba al oeste, y Ai, al este. También allí erigió un altar al Señor e invocó su Nombre. (Génesis 12, 8)

  • Entonces hubo hambre en aquella región, y Abrám bajó a Egipto para establecerse allí por un tiempo, porque el hambre acosaba al país. (Génesis 12, 10)

  • donde estaba el altar que había erigido la primera vez. Allí Abrám invocó el nombre del Señor. (Génesis 13, 4)

  • Entonces Abrám trasladó su campamento y fue a establecerse junto al encinar de Mamré, que está en Hebrón. Allí erigió un altar al Señor. (Génesis 13, 18)

  • El Señor le dijo: "Tienes que saber que tus descendientes emigrarán a una tierra extranjera. Allí serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años. (Génesis 15, 13)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina