Talált 233 Eredmények: Ancianos

  • el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados. (Hechos 22, 5)

  • Fueron al encuentro de los sumos sacerdotes y los ancianos, y les dijeron: «Nosotros nos hemos comprometido bajo juramento a no probar nada antes de haber matado a Pablo. (Hechos 23, 14)

  • Cinco días después, el Sumo Sacerdote Ananías bajó con algunos ancianos y un abogado llamado Tértulo, para presentar delante del gobernador la acusación que tenían contra Pablo. (Hechos 24, 1)

  • y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. (Hechos 25, 15)

  • Que los ancianos sean sobrios, dignos, moderados, íntegros en la fe, en el amor y en la constancia. (Tito 2, 2)

  • Y alrededor de él, había otros veinticuatro tronos, donde estaban sentados veinticuatro Ancianos, con túnicas blancas y coronas de oro en la cabeza. (Apocalipsis 4, 4)

  • los veinticuatro Ancianos se postraban ante él para adorarlo, y ponían sus coronas delante del trono, diciendo: (Apocalipsis 4, 10)

  • Pero uno de los Ancianos me dijo: «No llores: ha triunfado el Leónde la tribu de Judá, el Retoñode David, y él abrirá el libro y sus siete sellos». (Apocalipsis 5, 5)

  • Entonces vi un Cordero que parecía haber sido inmolado: estaba de pie entre el trono y los cuatro Seres Vivientes, en medio de los veinticuatro Ancianos. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados a toda la tierra. (Apocalipsis 5, 6)

  • Cuando tomó el libro, los cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron ante el Cordero. Cada uno tenía un arpa, y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los Santos, (Apocalipsis 5, 8)

  • Y después oí la voz de una multitud de Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Su número se contaba por miles y millones, (Apocalipsis 5, 11)

  • Los cuatro Seres Vivientes decían: «¡Amén!», y los Ancianos se postraron en actitud de adoración. (Apocalipsis 5, 14)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina