Talált 43 Eredmények: Entra

  • Entonces el Señor dijo a Noé: "Entra en el arca, junto con toda tu familia, porque he visto que eres el único verdaderamente justo en medio de esta generación. (Génesis 7, 1)

  • Una vez, durante el período en que el rebaño entra en celo, yo tuve un sueño. De pronto vi que los chivos que cubrían a las cabras eran rayados, manchados o moteados. (Génesis 31, 10)

  • El profeta Gad dijo a David: "¡No te quedes en el refugio! Entra en el país de Judá". Entonces David partió y entró en el bosque de Járet. (I Samuel 22, 5)

  • El rey dijo entonces al hombre de Dios: "Entra conmigo en la casa para reconfortarte, y te haré un regalo". (I Reyes 13, 7)

  • Apenas oyó el ruido de los pasos de la mujer, mientras ella entraba por la puerta, Ajías dijo: "Entra, mujer de Jeroboám. ¿Por qué te haces pasar por otra? Yo he sido enviado para hablarte duramente. (I Reyes 14, 6)

  • Luego entra y enciérrate con tus hijos; echa el aceite en todos esos recipientes, y cuando estén llenos, colócalos aparte". (II Reyes 4, 4)

  • Y que el Señor perdone a tu servidor este gesto: cuando mi señor entra en el templo de Rimón para postrarse y se apoya en mi brazo, yo también me postro en el templo de Rimón. Así, cuando yo me postre en el templo de Rimón, que el Señor se digne perdonar este gesto a tu servidor". (II Reyes 5, 18)

  • Cuando llegues, busca allí a Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsí. Luego entra, sácalo de en medio de sus camaradas y llévalo a la habitación más retirada. (II Reyes 9, 2)

  • Luego les impartió esta orden: "Van a hacer lo siguiente: Un tercio de ustedes, el que entra de servicio el día sábado y custodia la casa del rey, (II Reyes 11, 5)

  • Luego el sacerdote Iehoiadá tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa, y lo colocó al lado del altar, a la derecha de quien entra en la Casa del Señor. Y los sacerdotes guardianes del umbral depositaban allí todo el dinero que se aportaba para la Casa del Señor. (II Reyes 12, 10)

  • Hizo venir de las ciudades de Judá a todos los sacerdotes, y profanó los lugares altos donde esos sacerdotes quemaban incienso, desde Gueba hasta Berseba. Derribó el lugar alto dedicado a los sátiros, que estaba a la entrada de la puerta de Josué, el gobernador de la ciudad, a la izquierda de quien entra por la puerta de la ciudad. (II Reyes 23, 8)

  • Y ahora, ¡levántate, Señor Dios, entra en el lugar de tu Reposo, tú y tu Arca poderosa! ¡Que tus sacerdotes se revistan de la salvación y tus fieles gocen de felicidad! (II Crónicas 6, 41)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina