Talált 12 Eredmények: Frasco

  • Samuel tomó el frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego lo besó y dijo: "¡El Señor te ha ungido como jefe de su herencia! (I Samuel 10, 1)

  • El Señor dijo a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado para que no reine más sobre Israel? ¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey". (I Samuel 16, 1)

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • Pero ella respondió: "¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino sólo un puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego moriremos". (I Reyes 17, 12)

  • Porque así habla el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo". (I Reyes 17, 14)

  • El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)

  • Eliseo le dijo: "¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en tu casa". Ella le respondió: "Tu servidora no tiene en su casa nada más que un frasco de aceite". (II Reyes 4, 2)

  • El profeta Eliseo llamó a uno de la comunidad de profetas y le dijo: "Ajústate el cinturón, toma contigo este frasco de aceite y ve a Ramot de Galaad. (II Reyes 9, 1)

  • Toma entonces el frasco de aceite, derrámalo sobre su cabeza y di: Así habla el Señor: Yo te he ungido rey de Israel. Después, abre la puerta y escapa sin detenerte". (II Reyes 9, 3)

  • se acercó una mujer con un frasco de alabastro, que contenía un perfume valioso, y lo derramó sobre su cabeza, mientras él estaba comiendo. (Mateo 26, 7)

  • Mientras Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de Simón el leproso, llegó una mujer con un frasco lleno de un valioso perfume de nardo puro, y rompiendo el frasco, derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. (Marcos 14, 3)

  • Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. (Lucas 7, 37)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina