Talált 38 Eredmények: Gabaón

  • También los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y con Ai, (Josué 9, 3)

  • Entonces levantaron sus carpas, y en tres días llegaron a las ciudades que ellos habitaban. Estas eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Iearím. (Josué 9, 17)

  • Esto le produjo un gran temor, porque Gabaón era tan importante como una ciudad real y más grande aún que Ai. Además, todos sus habitantes eran aguerridos. (Josué 10, 2)

  • "Vengan conmigo y derrotemos a Gabaón, porque ellos han hecho las paces con Josué y con los israelitas". (Josué 10, 4)

  • Una vez reunidos, los cinco reyes amorreos -los reyes de Jerusalén, de Hebrón, de Iarmut, de Laquís y de Eglón- marcharon con sus tropas, acamparon frente a Gabaón, y se dispusieron a atacarla. (Josué 10, 5)

  • Y el Señor hizo que huyeran despavoridos delante de Israel, de manera que este les infligió una gran derrota en Gabaón. Luego los persiguieron en dirección a la subida de Bet Jorón, y continuaron exterminándolos hasta Azecá y Maquedá. (Josué 10, 10)

  • Aquella vez, cuando el Señor puso a los amorreos en manos de los israelitas, Josué se dirigió al Señor y exclamó, en presencia de Israel: "Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Aialón". (Josué 10, 12)

  • Josué conquistó desde Cades Barné hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta Gabaón. (Josué 10, 41)

  • y como ninguna ciudad, excepto los jivitas que habitan en Gabaón, quiso hacer las paces con los israelitas, estos tuvieron que conquistarlas a todas por la fuerza. (Josué 11, 19)

  • Además, Gabaón, Ramá, Beerot, (Josué 18, 25)

  • De la tribu de Benjamín les dieron Gabaón, Gueba, (Josué 21, 17)

  • Los benjaminitas les salieron al encuentro, dejándose arrastrar lejos de la ciudad, y comenzaron como las otras veces a matar gente por los senderos que suben, uno a Betel y el otro a Gabaón. Así mataron a unos treinta hombres de Israel, sobre el campo raso. (Jueces 20, 31)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina