Talált 28 Eredmények: Integridad

  • Por lo tanto, teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. (Josué 24, 14)

  • En cuanto a ti, si caminas en mi presencia como lo hizo tu padre David, con integridad de corazón y rectitud, practicando todo lo que te he mandado, observando mis preceptos y mis leyes, (I Reyes 9, 4)

  • "¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos". Y Ezequías se deshizo en llanto. (II Reyes 20, 3)

  • Les dio estas instrucciones: "Obren siempre con temor del Señor, con fidelidad e integridad de corazón. (II Crónicas 19, 9)

  • Entonces el Señor le dijo: "¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. Él todavía se mantiene firme en su integridad, y en vano me has instigado contra él para perderlo". (Job 2, 3)

  • Su mujer le dijo: "¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez". (Job 2, 9)

  • ¡Lejos de mí darles la razón a ustedes: hasta que expire, no renunciaré a mi integridad! (Job 27, 5)

  • ¡que Dios me pese en una balanza justa y reconocerá mi integridad! (Job 31, 6)

  • El Señor es el Juez de las naciones: júzgame, Señor, conforme a mi justicia y de acuerdo con mi integridad. (Salmos 7, 9)

  • la integridad y la rectitud me protegen, porque yo espero en ti, Señor. (Salmos 25, 21)

  • De David. Júzgame, Señor, porque he procedido con integridad. Yo he confiado en el Señor, sin desviarme jamás. (Salmos 26, 1)

  • Tú me sostuviste a causa de mi integridad, y me mantienes para siempre en tu presencia. (Salmos 41, 13)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina