Talált 39 Eredmények: Pasaba

  • Así llegaron los hijos de Israel en medio de otra gente que también iba a procurarse víveres, porque en Canaán se pasaba hambre. (Génesis 42, 5)

  • El Ángel del Señor se paró entonces en un sendero angosto, que pasaba por los viñedos y estaba rodeado de los dos lados por un cerco. (Números 22, 24)

  • hasta la parte meridional de la subida de los Escorpiones; luego pasaba por Cin y subía hasta el sur de Cades Barné; de allí pasaba a Jesrón, subía hasta Adar y daba vuelta hacia Carcaá; (Josué 15, 3)

  • finalmente pasaba por Asmón y llegaba al Torrente de Egipto, para ir a terminar en el mar. Este será para ustedes el límite meridional. (Josué 15, 4)

  • luego subía hasta Bet Joglá, pasaba al norte de Be Ha Arabá y llegaba hasta la Piedra de Boján, el rubenita. (Josué 15, 6)

  • Después ascendía del valle de Acor a Debir, y daba vuelta hacia Guilgal, que está frente a la subida de Adumím al sur del Torrente. La frontera pasaba inmediatamente junto a las aguas de En Semes, llegaba a En Roguel, (Josué 15, 7)

  • siguiendo de Betel hasta Luz, pasaba por Atarot, o sea, por el territorio de los arquitas; (Josué 16, 2)

  • De allí el límite pasaba a Luz, hacia la pendiente meridional de Luz -o sea, de Betel- y después descendía hasta Atarot Adar, sobre el monte que está al sur de Bet Jorón de Abajo. (Josué 18, 13)

  • Después pasaba por la pendiente que hay frente a Bet Arabá, al norte, y bajaba hasta la Arabá; (Josué 18, 18)

  • Desde allí, yendo hacia el este, pasaba a Guita Jéfer, y a Itá Casín; después llegaba a Rimón y doblaba hacia Neá. (Josué 19, 13)

  • El Señor le dijo: "Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor". Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. (I Reyes 19, 11)

  • Cuando el rey pasaba, le gritó: "Tu servidor avanzaba para entrar en batalla, y de pronto un soldado, abandonando las filas, me trajo un hombre y me dijo: ‘Vigila a este hombre. Si llega a faltar, responderás por él con tu vida, o bien pagarás un talento de plata’. (I Reyes 20, 39)


“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina