Talált 16 Eredmények: Piernas

  • El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia. (Génesis 49, 10)

  • El Señor te herirá con forúnculos malignos e incurables en las rodillas y en las piernas, desde la planta de los pies hasta la cabeza. (Deuteronomio 28, 35)

  • Tenía unas canilleras de bronce en las piernas y una jabalina de bronce a la espalda. (I Samuel 17, 6)

  • Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: "¿Hasta cuándo van a andar rengueando de las dos piernas? Si el Señor es Dios, síganlo; si es Baal, síganlo a él". Pero el pueblo no le respondió ni una palabra. (I Reyes 18, 21)

  • Como las piernas vacilantes del rengo, así es un proverbio en boca de los necios. (Proverbios 26, 7)

  • Sus piernas, columnas de alabastro, asentadas sobre bases de oro puro. Su aspecto es como el Líbano, esbelto como los cedros. (Cantar 5, 15)

  • Columnas de oro sobre un zócalo de plata son las piernas hermosas sobres talones firmes. (Eclesiástico 26, 18)

  • Sus piernas eran rectas; sus pies, como pezuñas de ternero, y resplandecían con el fulgor del bronce bruñido. (Ezequiel 1, 7)

  • sus piernas, de hierro, y sus pies, parte de hierro y parte de arcilla. (Daniel 2, 33)

  • Su cuerpo brillaba como el crisólito, su rostro tenía el aspecto del relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. (Daniel 10, 6)

  • el arquero no resistirá, el de piernas ágiles no escapará, el jinete no salvará su vida, (Amós 2, 15)

  • Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. (Juan 19, 31)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina