Talált 64 Eredmények: Pone

  • Ellos le respondieron: "Apártate de ahí". Y añadieron: "Este individuo no es más que un inmigrante, y ahora se pone a juzgar. A ti te trataremos peor que a ellos". Luego se abalanzaron violentamente contra Lot, y se acercaron para derribar la puerta. (Génesis 19, 9)

  • "Yo sólo puedo repetir fielmente lo que el Señor pone en mi boca", respondió Balaam. (Números 23, 12)

  • El Señor, tu Dios, pone este país delante de ustedes: sube a tomar posesión de él, según te lo ha dicho el Señor, el Dios de tus padres. No temas ni te acobardes". (Deuteronomio 1, 21)

  • Destruye entonces a todos esos pueblos que el Señor, tu Dios, pone en tus manos. No les tengas compasión ni sirvas a sus dioses, porque eso sería para ti una trampa. (Deuteronomio 7, 16)

  • no hagas caso de las palabras de ese profeta o de los sueños de ese visionario. Porque el Señor, su Dios, los pone a prueba para ver si ustedes lo aman realmente con todo su corazón y con toda su alma. (Deuteronomio 13, 4)

  • Los jueces investigarán el caso cuidadosamente, y si se pone de manifiesto que el acusador es un testigo falso y ha atestiguado falsamente contra su hermano, (Deuteronomio 19, 18)

  • Si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su cabeza y nosotros seremos inocentes. Pero la sangre de todos los que estén contigo dentro de la casa, caerá sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano sobre alguno de ellos. (Josué 2, 19)

  • Si él dice: ‘Está bien’, tu servidor podrá sentirse tranquilo. Pero si se pone furioso, sabrás que él ha decidido mi ruina. (I Samuel 20, 7)

  • dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: "¡Rápido, huyamos! Si Absalón se nos pone delante, no tendremos escapatoria. ¡Apúrense a partir, no sea que él nos sorprenda, que precipite la desgracia sobre nosotros y pase la ciudad al filo de la espada!". (II Samuel 15, 14)

  • el Dios que venga mis agravios y pone a los pueblos a mis pies! (II Samuel 22, 48)

  • Mira que los asirios, colmados de poderío, se glorían de sus caballos y sus jinetes, se enorgullecen del vigor de sus soldados, confían en sus escudos y sus lanzas, en sus arcos y sus hondas, y no reconocen que tú eres el Señor, el que pone fin a las guerras. (Judit 9, 7)

  • Porque el Señor es un Dios que pone fin a las guerras: él estableció su campamento en medio del pueblo y me libró de mis perseguidores. (Judit 16, 2)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina