Talált 140 Eredmények: desgracia

  • ¡Oigan cómo estoy gimiendo, sin que nadie me consuele! Todos mis enemigos, al oír mi desgracia, se alegraron de lo que has hecho. ¡Que llegue el Día que tú has anunciado, y que ellos estén igual que yo! (Lamentaciones 1, 21)

  • Así habla el Señor: ¡Una desgracia nunca vista! ¡Ya llega la desgracia! (Ezequiel 7, 5)

  • vendrá una desgracia sobre otra y una mala noticia tras otra. Implorarán una visión al profeta, le faltará la enseñanza al sacerdote y el consejo a los ancianos. (Ezequiel 7, 26)

  • ahí queda un resto de sobrevivientes que hacen salir a sus hijos y a sus hijas y vienen adonde están ustedes. Ustedes verán su mala conducta y sus obras, y se consolarán de la desgracia que atraje sobre Jerusalén, de todo lo que mandé contra ella. (Ezequiel 14, 22)

  • Y él cumplió la palabra que había pronunciado contra nosotros y contra los jueces que nos juzgaban, haciendo recaer sobre nosotros una gran desgracia, porque nunca ha sucedido bajo el cielo lo que sucedió en Jerusalén. (Daniel 9, 12)

  • Toda esa desgracia nos sobrevino según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Pero nosotros no hemos aplacado la ira del Señor, nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestra iniquidad y reconociendo tu fidelidad. (Daniel 9, 13)

  • ¡Lleva a tu boca la trompeta! Como un águila, se abate la desgracia sobre la casa del Señor, porque ellos han transgredido mi alianza y se han rebelado contra mi Ley. (Oseas 8, 1)

  • ¿Suena la trompeta en una ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una desgracia en la ciudad sin que el Señor la provoque? (Amós 3, 6)

  • Por eso, el hombre sensato se calla en este tiempo, porque es un tiempo de desgracia. (Amós 5, 13)

  • ¡Ustedes creen alejar el día de la desgracia y apresuran el reinado de la violencia! (Amós 6, 3)

  • Así morirán por la espada todos los pecadores de mi pueblo, esos que decían: "No se acercará, no nos sucederá la desgracia". (Amós 9, 10)

  • ¡No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su ruina! ¡No te regocijes, también tú, al ver su desgracia en el día de su ruina! ¡No extiendas tu mano hacia sus riquezas en el día de su ruina! (Abdías 1, 13)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina