Talált 49 Eredmények: Demetrio

  • El año 151, Demetrio, hijo de Seleuco, salió de Roma y, con unos pocos hombres, arribó a una ciudad marítima donde se proclamó rey. (I Macabeos 7, 1)

  • El ejército los mató y Demetrio se sentó en su trono real. (I Macabeos 7, 4)

  • «En cuanto a los males que el rey Demetrio les ha causado, le hemos escrito diciéndole: "¿Por qué has hecho sentir pesadamente tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los judíos? (I Macabeos 8, 31)

  • Cuando supo Demetrio que Nicanor y su ejército habían caído en la guerra, envió a la tierra de Judá, en una nueva expedición, a Báquides y Alcimo con el ala derecha de su ejército. (I Macabeos 9, 1)

  • Al tener noticia de ello, el rey Demetrio juntó un ejército muy numeroso y salió a su encuentro para combatir con él. (I Macabeos 10, 2)

  • Envió también Demetrio una carta amistosa a Jonatán en que prometía engrandecerle, (I Macabeos 10, 3)

  • El rey Alejandro se enteró de los ofrecimientos que Demetrio había hecho a Jonatán. Le contaron además las guerras y proezas que él y sus hermanos habían realizado y los trabajos que habían sufrido. (I Macabeos 10, 15)

  • Demetrio, al saber lo sucedido, dijo disgustado: (I Macabeos 10, 22)

  • El rey Demetrio saluda a la nación de los judíos. Nos hemos enterado con satisfacción de que habéis guardado los términos de nuestra alianza y perseverado en nuestra amistad sin pasaros al bando de nuestros enemigos. (I Macabeos 10, 26)

  • Cuando Jonatán y el pueblo oyeron tales ofrecimientos, no les dieron crédito ni los aceptaron, porque recordaban los graves males que Demetrio había causado a Israel y la opresión tan grande a que les había sometido. (I Macabeos 10, 46)

  • El rey Alejandro juntó un gran ejército y acampó frente a Demetrio. (I Macabeos 10, 48)

  • Los dos reyes trabaron combate y salió huyendo el ejército de Alejandro. Demetrio se lanzó en su persecución y prevaleció sobre ellos. (I Macabeos 10, 49)


“Lembre-se de que os santos foram sempre criticados pelas pessoas deste mundo, e puseram sob seus pés o mundo e as suas máximas .” São Padre Pio de Pietrelcina