Talált 896 Eredmények: Jerusalén

  • Pero Barzillay dijo al rey: «¿Cuántos podrán ser los años de mi vida para que suba con el rey a Jerusalén? (II Samuel 19, 35)

  • Y todos los hombres de Israel se apartaron de David para seguir a Seba, hijo de Bikrí, mientras que los hombres de Judá se adhirieron a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. (II Samuel 20, 2)

  • David entró en su casa de Jerusalén; tomó el rey las diez concubinas que había dejado para guardar la casa y las puso bajo custodia. Proveyó a su mantenimiento, pero no se acercó a ellas y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, como viudas de por vida. (II Samuel 20, 3)

  • Salieron en pos de Abisay los hombres de Joab, los kereteos, los peleteos y todos los valientes; salieron de Jerusalén para perseguir a Seba, hijo de Bikrí. (II Samuel 20, 7)

  • La mujer entró en la ciudad y habló a todo el pueblo con su habitual prudencia. Le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bikrí, y se la arrojaron a Joab. Entonces éste hizo sonar el cuerno y se alejaron de la ciudad cada uno a su tienda. Joab se volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)

  • Recorrieron así todo el país y al cabo de nueve meses y veinte días volvieron a Jerusalén. (II Samuel 24, 8)

  • El ángel extendió la mano hacia Jerusalén para destruirla, pero Yahveh se arrepintió del estrago y dijo al ángel que exterminaba el pueblo: «¡Basta ya! Retira tu mano.» El ángel de Yahveh estaba entonces junto a la era de Arauná el jebuseo. (II Samuel 24, 16)

  • David reinó sobre Israel cuarenta años; reinó en Hebrón siete años; reinó en Jerusalén 33 años. (I Reyes 2, 11)

  • Envió el rey a llamar a Semeí y le dijo: «Hazte una casa en Jerusalén y vive en ella y no salgas ni acá ni allá. (I Reyes 2, 36)

  • Semeí dijo al rey: «Tu palabra es buena. Como ha dicho mi señor el rey, así hará su siervo.» Semeí habitó en Jerusalén mucho tiempo. (I Reyes 2, 38)

  • Avisaron a Salomón: «Semeí ha ido de Jerusalén a Gat y ha vuelto.» (I Reyes 2, 41)

  • Salomón fue yerno de Faraón, rey de Egipto; tomó la hija de Faraón y la llevó a la Ciudad de David, mientras terminaba de construir su casa, la casa de Yahveh y la muralla en torno a Jerusalén. (I Reyes 3, 1)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina