Talált 16 Eredmények: Profundo

  • Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. (Génesis 2, 21)

  • Tomó David la lanza y el jarro de la cabecera de Saúl y se fueron. Nadie los vio, nadie se enteró, nadie se despertó. Todos dormían porque se había abatido sobre ellos el sopor profundo de Yahveh. (I Samuel 26, 12)

  • Bendice al Señor Dios en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que llegen a buen fin todas tus sendas y proyectos. Pues no todas las gentes tienen consejo; es el Señor quien da todos los bienes y, cuando quiere, eleva o abata hasta lo profundo del Hades. Así, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se borren de tu corazón. (Tobías 4, 19)

  • Porque él es quien castiga y tiene compasión; el que hace descender hasta el más profundo Hades de la tierra y el que hace subir de la gran Perdición, sin que haya nada que escape de su mano. (Tobías 13, 2)

  • y escrutará nuestros secretos?» El los escruta, aquel que escruta lo íntimo del hombre, el corazón profundo. (Salmos 64, 7)

  • Me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismos; (Salmos 88, 7)

  • Matatías y sus hijos rasgaron sus vestidos, se vistieron de sayal y se entregaron a un profundo dolor. (I Macabeos 2, 14)

  • Lejos está cualquier cosa, y profundo, lo profundo: ¿quién lo encontrará? (Eclesiastés 7, 24)

  • Las mordeduras - pronto curadas - les recordaban tus preceptos no fuera que, cayendo en profundo olvido, se vieran excluidos de tu liberalidad. (Sabiduría 16, 11)

  • «Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo más alto.» (Isaías 7, 11)

  • Porque de antemano está preparado un Tófet - también para el rey - un foso profundo y ancho; hay paja y madera en abundancia. El aliento de Yahveh, cual torrente de azufre, lo enciende. (Isaías 30, 33)

  • Así dice el Señor Yahveh: Beberás el cáliz de tu hermana, cáliz ancho y profundo, que servirá de burla e irrisión, tan grande es su cabida. (Ezequiel 23, 32)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina