Talált 282 Eredmények: causa

  • Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la muerte, el buey será apedreado, y no se comerá su carne, pero el dueño del buey quedará exculpado. (Exodo 21, 28)

  • Si un hombre causa daño en un campo o en una viña, dejando suelto su ganado de modo que pazca en campo ajeno, restituirá con lo mejor de su propio campo y lo mejor de su propia viña. (Exodo 22, 4)

  • En todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: «Es esto», la causa de ambos se llevará ante Dios; y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá el doble a su prójimo. (Exodo 22, 8)

  • Y Yahveh castigó al pueblo a causa del becerro fabricado por Aarón. (Exodo 32, 35)

  • El sacerdote hará expíación por él, a causa del pecado que cometió en cualquiera de aquellos casos, y se le perdonará. El sacerdote tendrá su parte como en la oblación. (Levítico 5, 13)

  • Llevará al sacerdote, como sacrificio de reparación, un carnero del rebaño, sin defecto, según su valoración; y el sacerdote hará expiación por él a causa del error que cometió sin darse cuenta, y se le perdonará. (Levítico 5, 18)

  • No os hagáis inmundos con ninguna clase de bicho que se arrastra, ni os hagáis impuros con ellos, para que no os contaminéis por su causa. (Levítico 11, 43)

  • Hablad a los israelitas y decidles: Cualquier hombre que padece flujo seminal es impuro a causa del flujo. (Levítico 15, 2)

  • El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado, el otro como holocausto, y de esta manera el sacerdote hará expiación por él ante Yahveh, a causa de su flujo. (Levítico 15, 15)

  • Mantendréis alejados a los israelitas de sus impurezas para que no mueran a causa de ellas por contaminar mi Morada, la que está en medio de ellos. (Levítico 15, 31)

  • No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa. (Levítico 19, 17)

  • No os dirijáis a los nigromantes, ni consultéis a los adivinos haciéndoos impuros por su causa. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 31)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina