Talált 28 Eredmények: destruido

  • Entregará a sus reyes en tu mano y tú borrarás sus nombres de debajo del cielo: nadie podrá resistir ante ti, hasta que los hayas destruido. (Deuteronomio 7, 24)

  • Volvió a edificar los altos que había destruido su padre Ezequías, alzó altares a Baal e hizo un cipo como lo había hecho Ajab, rey de Israel; se postró ante todo el ejército de los cielos y les sirvió. (II Reyes 21, 3)

  • Pero fueron infieles al Dios de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Dios había destruido delante de ellos. (I Crónicas 5, 25)

  • Los israelitas que habitaban en Judea oyeron todo cuanto Holofernes, jefe supremo del ejército de Nabucodonosor, rey de Asiria, había hecho con todas las naciones: cómo había saqueado sus templos y los había destruido, (Judit 4, 1)

  • Mi sendero han destruido, para perderme se ayudan, y nada les detiene; (Job 30, 13)

  • Habían destruido la Abominación levantada por él sobre el altar de Jerusalén. Habían rodeado de altas murallas como antes el santuario, así como a Bet Sur, ciudad del rey. (I Macabeos 6, 7)

  • Después de haber derrotado (y destruido) a estos enemigos, dirigió una expedición contra la ciudad fuerte de Efrón, donde habitaba Lisanias, con una multitud de toda estirpe. Jóvenes vigorosos, apostados ante las murallas, combatían con valor; en el interior había muchas reservas de máquinas de guerra y proyectiles. (II Macabeos 12, 27)

  • porque como el que mata elimina a su víctima, así has destruido la amistad de tu compañero. (Eclesiástico 27, 18)

  • Aquel día te quitará su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cerviz será arrancado. Y el yugo será destruido (...) (Isaías 10, 27)

  • No tendrás con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu pueblo has asesinado. No se nombrará jamás la descendencia de los malhechores. (Isaías 14, 20)

  • y toda la hondonada de los Cuerpos Muertos y de la Ceniza, y toda la Campa del Muerto hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos hacia oriente será sagrado de Yahveh: no volverá a ser destruido ni dado al anatema nunca jamás. (Jeremías 31, 40)

  • Desciende del honor y siéntate en la tierra seca, población hija de Dibón, porque el devastador de Moab ha subido contra ti, ha destruido tus fortalezas. (Jeremías 48, 18)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina