Talált 119 Eredmények: familia

  • Entre los cabezas de familia entregaron al tesoro de la obra 20.000 dracmas de oro y 2.200 minas de plata. (Nehemías 7, 70)

  • El segundo día los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y levitas se reunieron junto al escriba Esdras para comprender las palabras de la Ley. (Nehemías 8, 13)

  • Hemos echado a suertes - sacerdotes, levitas y pueblo - la ofrenda de la leña que ha de traer a la Casa de nuestro Dios cada familia en su turno, a sus tiempos, cada año, para quemarla sobre el altar de Yahveh nuestro Dios con arreglo a lo escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)

  • y sus hermanos, cabezas de familia: 242; y Amasay, hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesillemot, hijo de Immer, (Nehemías 11, 13)

  • En los días de Yoyaquim los sacerdotes cabezas de familia eran: de la familia de Seraías: Meraías; de la familia de Jeremías: Jananías; (Nehemías 12, 12)

  • Los hijos de Leví: Los cabezas de familia fueron registrados en el libro de las Crónicas, hasta el tiempo de Yojanán, nieto de Elyasib. (Nehemías 12, 23)

  • Fuese Tobías a informar a su padre y le dijo: «Ya he encontrado un hombre, que es israelita, hermano nuestro.» Contestóle Tobit: «Llámale, para que yo sepa a qué familia y tribu pertenece, y si es digno de confianza para que te acompañe, hijo.» Salió Tobías, le llamó y le dijo: «Joven, mi padre te llama.» (Tobías 5, 9)

  • Tobit le dijo: «¿Querrías decirme, hermano, a qué familia y tribu perteneces? (Tobías 5, 11)

  • Le dijo Tobit: «Seas venido sano y salvo, hermano; y no lleves a mal, hermano, mi deseo de conocer con certeza tu nombre y familia. Resulta ahora que eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y honrado. He conocido a Ananías y a Natán, los dos hijos del gran Semeías; ellos iban conmigo a Jerusalén y conmigo adoraban allí, sin desviarse del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien; de buen linaje procedes. ¡El gozo sea contigo!» (Tobías 5, 14)

  • Su marido Manasés, de la misma tribu y familia que ella, había muerto en la época de la recolección de la cebada. (Judit 8, 2)

  • «Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos, (Judit 8, 18)

  • atendido que el autor de ellas ha sido colgado, con toda su familia, a las puertas de Susa: castigo merecido que, sin tardar, le ha enviado Dios, Señor universal. (Ester 16, 18)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina