Talált 1479 Eredmények: hombre

  • Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el pueblo en torno a Aarón y le dijeron: «Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto.» (Exodo 32, 1)

  • Me dijeron: "Haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qué le ha sucedido a Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto." (Exodo 32, 23)

  • Yahveh hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la Tienda. (Exodo 33, 11)

  • Y añadió: «Pero mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo.» (Exodo 33, 20)

  • Entonces Moisés mandó correr la voz por el campamento: «Ni hombre ni mujer reserve ya más ofrendas para el Santuario.» Suspendió el pueblo su aportación, (Exodo 36, 6)

  • un becá por cabeza, o sea medio siclo, en siclos del Santuario, para cada hombre comprendido en el censo de los 603.550 hombres, de veinte años en adelante. (Exodo 38, 26)

  • o bien, uno pronuncia con los labios sin darse cuenta un juramento favorable o desfavorable, en cualquiera de las cosas que el hombre suele jurar y, al saberlo, se hace culpable de ello; (Levítico 5, 4)

  • o si halla un objeto perdido y lo niega, o jura en falso acerca de cualquiera de las cosas en que el hombre suele pecar; (Levítico 5, 22)

  • Si alguien toca cualquier cosa inmunda, sea inmundicia de hombre, o de animal, o cualquier otra abominación impura y luego come de la carne del sacrificio de comunión ofrecido a Yahveh, será exterminado de su parentela. (Levítico 7, 21)

  • Cuando en un hombre se manifieste una llaga como de lepra, será llevado al sacerdote. (Levítico 13, 9)

  • Cuando un hombre o una mujer tengan una llaga en la cabeza o en la barbilla, (Levítico 13, 29)

  • Cuando un hombre o una mujer tengan en su piel manchas brillantes, manchas blancas, (Levítico 13, 38)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina