Talált 168 Eredmények: ídolos

  • Los cinco hombres que habían ido a explorar el país dijeron a sus compañeros: "¿No sabéis que en esta casa hay un efod, ídolos familiares y una imagen tallada y chapeada? Pensad lo que conviene hacer". (Jueces 18, 14)

  • Y los cinco hombres que habían ido a explorar el país entraron, se apoderaron de la imagen tallada y chapeada, el efod y los ídolos familiares, mientras que el sacerdote estaba a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados. (Jueces 18, 17)

  • El sacerdote se alegró, tomó el efod, los ídolos familiares y la imagen tallada y chapeada y se fue con ellos. (Jueces 18, 20)

  • Tomó los ídolos familiares, los metió en la cama, puso en la cabecera una piel de cabra y los cubrió con un vestido. (I Samuel 19, 13)

  • Los mensajeros entraron y se encontraron con los ídolos familiares en la cama y una piel de cabra en la cabecera. (I Samuel 19, 16)

  • Les cortaron la cabeza, les despojaron de sus armas e hicieron publicar la buena nueva por todo el país de los filisteos, a los cuatro vientos, a sus ídolos y al pueblo. (I Samuel 31, 9)

  • Extirpó del país la prostitución sagrada y retiró todos los ídolos fabricados por sus padres; (I Reyes 15, 12)

  • por todos los pecados de Basá y por los pecados de Elá, su hijo, los que ellos cometieron y los que hicieron cometer a Israel, irritando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos. (I Reyes 16, 13)

  • imitó en todo a Jeroboán, hijo de Nabat, y por los pecados que hizo cometer a Israel, irritando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos. (I Reyes 16, 26)

  • o cometiese tan grandes abominaciones dando culto a los ídolos, imitando a los amorreos, que el Señor había echado delante de los israelitas. (I Reyes 21, 26)

  • y adoraron a los ídolos, cosa que el Señor les había prohibido. (II Reyes 17, 12)

  • rechazaron sus preceptos, la alianza que había hecho con sus padres y las amonestaciones que les había dirigido, siguieron a ídolos vanos y se hicieron ellos mismos vanos imitando a las gentes circunvecinas, siendo así que el Señor les había ordenado que no obrasen como ellas. (II Reyes 17, 15)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina