Talált 20 Eredmények: Atrios

  • Y levantó altares a todos los astros del cielo en los dos atrios del templo del Señor. (II Reyes 21, 5)

  • Destruyó los altares que había sobre el terrado de la estancia superior de Acaz, construidos por los reyes de Judá, y los altares que Manasés había levantado en los dos atrios del templo del Señor; los hizo allí pedazos y arrojó el polvo al torrente Cedrón. (II Reyes 23, 12)

  • Su obligación era estar a las órdenes de los hijos de Aarón en el servicio del templo del Señor en lo referente a los atrios, las cámaras, limpieza de las cosas santas y de los demás oficios del templo del Señor. (I Crónicas 23, 28)

  • Me ha dicho: Tu hijo Salomón construirá mi templo y mis atrios, pues lo he elegido como hijo y yo seré un padre para él. (I Crónicas 28, 6)

  • Le dejó también la descripción de todos sus proyectos respecto 2de los atrios del templo del Señor, las cámaras de alrededor, los tesoros del templo del Señor, los depósitos sagrados; (I Crónicas 28, 12)

  • otro tercio estará en el palacio real; el último tercio en la puerta de los cimientos, y todo el pueblo en los atrios del templo del Señor. (II Crónicas 23, 5)

  • Levantó altares a todos los astros del cielo en los dos atrios del templo del Señor. (II Crónicas 33, 5)

  • El pueblo salió. Trajeron ramos y se hicieron cabañas cada uno en su propio terrado, en sus patios, en los atrios del templo de Dios, en la plaza de la puerta del Agua y en la plaza de la puerta de Efraín. (Nehemías 8, 16)

  • Dichoso el que tú eliges y llamas junto a ti para que habite en tus atrios; nosotros nos saciaremos de los bienes de tu casa, de las cosas de tu santo templo. (Salmos 65, 5)

  • Mi alma suspira y desfallece por los atrios del Señor, mi corazón y mi carne se entusiasman en busca del Dios vivo. (Salmos 84, 3)

  • Un día en tus atrios vale más que mil: prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios a vivir en la casa del malvado. (Salmos 84, 11)

  • plantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios. (Salmos 92, 14)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina