Talált 13 Eredmények: Eliasib

  • Esdras se retiró del templo de Dios y se fue al aposento de Jojanán, hijo de Eliasib, donde pasó la noche sin comer pan ni beber agua; tan desolado estaba con la prevaricación de los repatriados. (Esdras 10, 6)

  • Entre los cantores: Eliasib. Entre los porteros: Salún, Telén y Urí. (Esdras 10, 24)

  • De los de Zatú: Elyoenay, Eliasib, Matanías, Yeremot, Zabat y Azizá. (Esdras 10, 27)

  • Vanías, Maremot, Eliasib, (Esdras 10, 36)

  • El sumo sacerdote Eliasib y sus hermanos los sacerdotes se encargaron de construir la puerta de las Ovejas; la armaron y colocaron sus hojas. Reconstruyeron también el tramo hasta la torre de Jananel. (Nehemías 3, 1)

  • A continuación reparó otro tramo Baruc, hijo de Zabay, desde el ángulo hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib. (Nehemías 3, 20)

  • A continuación Meremot, hijo de Urías, hijo de Hacós, restauró otro tramo desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el extremo de la misma. (Nehemías 3, 21)

  • Josué engendró a Joaquín, Joaquín a Eliasib, Eliasib a Yoyadá, (Nehemías 12, 10)

  • En tiempos de Eliasib, Yoyadá, Yojanán y Yadúa, los cabezas de familias sacerdotales, fueron inscritos hasta el reino de Darío el Persa. (Nehemías 12, 22)

  • Los levitas, cabezas de familia, fueron inscritos en el libro de las Crónicas; pero sólo hasta la época de Yojanán, nieto de Eliasib. (Nehemías 12, 23)

  • Anteriormente, el sacerdote Eliasib, que estaba encargado de los almacenes del templo de nuestro Dios y era pariente de Tobías, (Nehemías 13, 4)

  • y vine a Jerusalén; aquí me enteré del mal que había hecho Eliasib en favor de Tobías, proporcionándole un local en el atrio mismo del templo de Dios. (Nehemías 13, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina