Talált 15 Eredmények: Meribaal

  • Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo. Tenía cinco años cuando llegó de Yezrael la noticia sobre Saúl y Jonatán. Su nodriza le tomó para huir con él, pero en la precipitación de la fuga cayó y quedó cojo. Se llamaba Meribaal. (II Samuel 4, 4)

  • Cuando Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, llegó junto a David, se postró en tierra. David dijo: "¡Meribaal!". Y él respondió: "Aquí tienes a tu siervo". (II Samuel 9, 6)

  • Tú trabajarás para él la tierra, tú y tus hijos y tus esclavos; tú harás la recolección, para que la casa de tu señor tenga qué comer; en cuanto a Meribaal, hijo de tu señor, él comerá siempre a mi mesa". Sibá tenía quince hijos y veinte esclavos. (II Samuel 9, 10)

  • Sibá respondió al rey: "Tu servidor hará todo lo que el rey, mi señor, ha mandado a su siervo". Meribaal comía a la mesa del rey, como uno de sus hijos. (II Samuel 9, 11)

  • Meribaal tenía un hijo pequeño que se llamaba Micá. Todos los que vivían en casa de Sibá estaban al servicio de Meribaal. (II Samuel 9, 12)

  • Pero Meribaal vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies. (II Samuel 9, 13)

  • Apenas había David traspasado la cumbre, cuando Sibá, el servidor de Meribaal le salió al encuentro con dos asnos aparejados, que llevaban doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutos del tiempo y un odre de vino. (II Samuel 16, 1)

  • Entonces el rey dijo a Sibá: "Todo lo que pertenecía a Meribaal será tuyo". Y Sibá contestó: "A tus pies, gracias por el favor que me haces". (II Samuel 16, 4)

  • Meribaal, hijo de Saúl, fue también a recibir al rey. No se había lavado los pies y las manos, no se había arreglado el bigote ni se había lavado sus vestidos desde el día en que se había ido el rey hasta que volvió en paz. (II Samuel 19, 25)

  • Cuando llegó de Jerusalén ante el rey, éste le preguntó: "¿Por qué no viniste conmigo, Meribaal?". (II Samuel 19, 26)

  • Meribaal dijo al rey: "Puede quedarse él con todas, que mi señor, el rey, ha vuelto en paz a su palacio". (II Samuel 19, 31)

  • El rey perdonó a Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl; (II Samuel 21, 7)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina