Talált 17 Eredmények: Ropas

  • El Faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la de José; hizo que le vistieran ropas de lino finísimo y puso en su cuello el collar de oro. (Génesis 41, 42)

  • Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó, cambió sus ropas, entró en el templo y adoró al Señor. Volvió a su casa, pidió que le sirviesen de comer y comió. (II Samuel 12, 20)

  • Cuando se ponía las vestiduras de fiesta y se vestía con ropas suntuosas, subía al altar santo y hacía resplandecer el ámbito del santuario. (Eclesiástico 50, 11)

  • ¿Por qué es rojo tu vestido y tus ropas como las del que pisa en el lagar? (Isaías 63, 2)

  • En el lagar he pisado yo solo, nadie del pueblo estaba conmigo. Sí, en mi cólera los he pisado, los he pisoteado en mi furor; y su jugo ha salpicado mis ropas y he manchado todos mis vestidos. (Isaías 63, 3)

  • Ebedmélec tomó consigo a los hombres, entró en el palacio real, en el vestuario del tesoro, tomó unos cuantos trozos de ropas usadas y rotas y se las echó a Jeremías en la cisterna con unas cuerdas. (Jeremías 38, 11)

  • mudó también sus ropas de cárcel y lo hizo sentar a su mesa los días restantes de su vida. (Jeremías 52, 33)

  • ¡Hasta en sus ropas hay inmundicia! No pensaba en este fin; se hundió estruendosamente ¡y nadie la consuela! Mira, Señor, su aflicción, que el enemigo triunfa. (Lamentaciones 1, 9)

  • Los sacerdotes toman las ropas de sus dioses para vestir a sus mujeres y a sus hijos. (Baruc 6, 32)

  • Cuando los sacerdotes entren allí no saldrán de este lugar santo al atrio exterior sin haber dejado en él sus vestiduras litúrgicas usadas en el servicio divino, porque estas vestiduras son santas, y sin haberse puesto otras ropas para acercarse a los lugares destinados al pueblo". (Ezequiel 42, 14)

  • Éstos, vestidos con sus túnicas, ropas y gorros, fueron atados y arrojados en el ardiente horno de fuego. (Daniel 3, 21)

  • porque se acuestan junto a cualquier altar sobre ropas tomadas en prenda, y en la casa de su Dios beben el vino de las multas. (Amós 2, 8)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina