Talált 325 Eredmények: Saúl

  • Éste es el total de combatientes equipados para la guerra, que se reunieron en torno a David para transferirle el reino de Saúl, según la orden del Señor: (I Crónicas 12, 24)

  • de la tribu de Benjamín, 3.000 parientes de Saúl, la mayoría de los cuales habían permanecido hasta entonces fieles a la casa de Saúl; (I Crónicas 12, 30)

  • con el fin de traer con nosotros el arca de nuestro Dios, de la que no nos hemos vuelto a ocupar desde los tiempos de Saúl". (I Crónicas 13, 3)

  • Cuando el arca de la alianza del Señor llegó a la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, estaba mirando por la ventana, y al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón. (I Crónicas 15, 29)

  • Todo lo que había consagrado Samuel, el vidente; Saúl, hijo de Quis; Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Sarvia; todo lo consagrado estaba bajo la custodia de Selomit y sus hermanos. (I Crónicas 26, 28)

  • Al maestro de coro. Del siervo de Dios, David, que entonó a Dios este cántico después de haber sido liberado de sus enemigos, especialmente de Saúl (Salmos 18, 1)

  • Cuando el idumeo Doeg vino a anunciar a Saúl: "David ha entrado en casa de Ajimélec". (Salmos 52, 2)

  • Cuando los cifeos vinieron a decir a Saúl que David estaba escondido entre ellos (Salmos 54, 2)

  • Al maestro de coro. Según "No destruyas". Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva (Salmos 57, 1)

  • Al maestro de coro. Según "No destruyas". Poema de David. Cuando Saúl mandó gente a vigilar su casa con ánimo de matarlo (Salmos 59, 1)

  • A la vista de un ejército tan temible, oró así: "Bendito seas tú, oh Salvador de Israel, que quebrantaste la fortaleza de un gigante por medio de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos a Jonatán, hijo de Saúl, y a su escudero. (I Macabeos 4, 30)

  • Atraviesan el desfiladero, pasan la noche en Guibeá, Ramá se sobresalta, Guibeá de Saúl se da a la fuga. (Isaías 10, 29)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina