Talált 120 Eredmények: Samaría

  • porque con toda seguridad se cumplirá la palabra que de parte del Señor pronunció contra el altar que hay en Betel y contra todos los santuarios de las colinas que hay en las ciudades de Samaría". (I Reyes 13, 32)

  • Compró el monte de Samaría a Sémer por unos sesenta kilos de plata, y lo fortificó; construyó en él una ciudad, a la que llamó Samaría en razón del nombre de Sémer, amo del monte. (I Reyes 16, 24)

  • Omrí murió y fue sepultado con sus padres en Samaría. Le sucedió en el trono su hijo Ajab. (I Reyes 16, 28)

  • Ajab, hijo de Omrí, empezó a reinar sobre Israel el año treinta y ocho de Asá, rey de Judá, y reinó sobre Israel en Samaría veintidós años. (I Reyes 16, 29)

  • Levantó un altar a Baal en el templo de Baal que edificó en Samaría. (I Reyes 16, 32)

  • Elías fue a presentarse a Ajab. Como el hambre arreciaba en Samaría, (I Reyes 18, 2)

  • Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • Ben Hadad mandó a decirle: "Esto y cosa peor hagan conmigo los dioses si el polvo de Samaría basta para llenar los puños de toda la gente que me sigue". (I Reyes 20, 10)

  • Salieron en primer lugar los asistentes de los jefes de las provincias. Ben Hadad envió a informarse y le dieron este parte: "Unos hombres han salido de Samaría". (I Reyes 20, 17)

  • Ben Hadad le dijo: "Las ciudades que mi padre quitó al tuyo te las devolveré, y tú podrás establecer en Damasco plazas comerciales, como hizo mi padre en Samaría". Ajab hizo este pacto con él y le dejó en libertad. (I Reyes 20, 34)

  • Y el rey de Israel se fue a casa triste e irritado y entró en Samaría. (I Reyes 20, 43)

  • Nabot, el yezraelita, tenía una viña en Yezrael, junto al palacio de Ajab, rey de Samaría. (I Reyes 21, 1)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina