Talált 79 Eredmények: armas

  • Simeón y Leví son hermanos; armas de violencia son sus armas. (Génesis 49, 5)

  • Edón le respondió: "No pases por mi territorio, si no quieres que salga con las armas a tu encuentro". (Números 20, 18)

  • Pero, al mismo tiempo, tomaremos también las armas e iremos delante de los israelitas hasta que los hayamos introducido en el lugar a ellos destinado. Nuestras familias quedarán en ciudades amuralladas, defendidas de los habitantes de esta tierra. (Números 32, 17)

  • Entonces me respondisteis: Hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios. Iremos y combatiremos como el Señor, nuestro Dios, nos ha mandado. Tomasteis cada uno vuestras armas y os dispusisteis a subir a la montaña. (Deuteronomio 1, 41)

  • Entonces os di esta orden: El Señor, vuestro Dios, os ha dado en propiedad esta tierra. Que los hombres fuertes que hay entre vosotros tomen las armas y marchen al frente de sus hermanos, los israelitas; (Deuteronomio 3, 18)

  • Al llegar a este lugar, Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, salieron en armas contra nosotros, pero los derrotamos, (Deuteronomio 29, 6)

  • La razón por la cual Josué hizo esta circuncisión es ésta: toda la población masculina que salió de Egipto en edad de llevar las armas había muerto en el desierto durante el camino después de la salida de Egipto. (Josué 5, 4)

  • y como ninguna ciudad había hecho las paces con los israelitas, a excepción de los heveos, que vivían en Gabaón, a todas las pasó por las armas. (Josué 11, 19)

  • Los empleará como jefes de mil, de ciento y de cincuenta; los hará trabajar sus campos, segar sus mieses, fabricar sus armas de guerra y el atalaje de sus carros. (I Samuel 8, 12)

  • David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén; las armas las puso en su propia tienda. (I Samuel 17, 54)

  • Jonatán entregó sus armas al muchacho que estaba con él y le dijo: "Vete y llévalas a la ciudad". (I Samuel 20, 40)

  • David dijo a Ajimélec: "¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque yo no traigo conmigo ni la espada ni mis armas, pues la orden del rey era urgente". (I Samuel 21, 9)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina