Talált 110 Eredmények: desgracia

  • Pero Jacob no dejó ir con sus hermanos a Benjamín, el hermano de José: "No vaya a sucederle, se decía, alguna desgracia". (Génesis 42, 4)

  • Y se decían unos a otros: "Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano. Lleno de angustia nos pedía clemencia, y no le hicimos caso. Por eso nos ha venido esta desgracia". (Génesis 42, 21)

  • Pero él repuso: "Mi hijo no bajará con vosotros; su hermano ha muerto y ha quedado sólo él; si le sucede alguna desgracia en el viaje que vais a emprender, del dolor haríais bajar mis canas a la tumba". (Génesis 42, 38)

  • si os lleváis también a éste de mi lado y le sucede alguna desgracia, del dolor haríais bajar mis canas a la tumba. (Génesis 44, 29)

  • ¡Cómo podría yo volver a mi padre sin el muchacho! ¡Yo no puedo ver la desgracia que afligiría a mi padre!". (Génesis 44, 34)

  • Mira, yo pongo hoy delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desgracia. (Deuteronomio 30, 15)

  • Pues estoy seguro que después de mi muerte os pervertiréis y os alejaréis del camino que yo os tengo prescrito, y que la desgracia os alcanzará en el futuro por haber hecho lo malo a los ojos del Señor, irritándole con vuestra conducta". (Deuteronomio 31, 29)

  • Y vosotros, ojo con que toméis nada de lo que hay en la ciudad y ha sido entregado al exterminio en honor del Señor, porque eso sería exponer al exterminio el campamento de Israel acarreándole la desgracia. (Josué 6, 18)

  • Josué dijo: "¿Por qué nos has traído la desgracia? Ahora, que el Señor haga caer sobre ti la desgracia". Y todos los israelitas lo mataron a pedradas. (Josué 7, 25)

  • Cuando la vio, rasgó sus vestiduras y gritó: "¡Ah, hija mía, infortunado de mí! Tú eres la causa de mi desgracia, pues he hecho una promesa al Señor y no puedo desdecirme". (Jueces 11, 35)

  • Ella dijo: "Que el rey se digne pronunciar el nombre del Señor, su Dios, para que el vengador de sangre no aumente mi desgracia y no maten a mi hijo". Él respondió: "Vive el Señor, que no caerá en tierra ni un pelo de tu hijo". (II Samuel 14, 11)

  • El Señor ha hecho caer sobre ti toda la sangre de la casa de Saúl, a quien has usurpado el trono, y ha puesto el trono en manos de Absalón, tu hijo. Tú estás en la desgracia que mereces, porque eres un hombre sanguinario". (II Samuel 16, 8)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina