Talált 56 Eredmények: dichoso

  • Escúchalos, Israel, y procura practicarlos, para que seas dichoso y te multipliques según la promesa del Señor, el Dios de tus padres, en esta tierra que mana leche y miel. (Deuteronomio 6, 3)

  • Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el Señor prometió con juramento a tus padres, (Deuteronomio 6, 18)

  • y te ha alimentado en el desierto con el maná, desconocido para tus mayores, con el fin de humillarte y probarte para prepararte un futuro dichoso. (Deuteronomio 8, 16)

  • ¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú, pueblo vencedor? Dios es el escudo que te protege, la espada en marcha que te conduce al triunfo. Te adularán tus enemigos para corromperte, pero tú aplastarás su orgullo". (Deuteronomio 33, 29)

  • Feliz y dichoso salió Tobías de casa de Ragüel, bendiciendo al Señor de cielos y tierra, rey del universo, por haber llevado a feliz éxito su viaje. Y bendijo a Ragüel y Edna: "Que el Señor me conceda honraros todos los días de mi vida". (Tobías 10, 14)

  • Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los injustos, ni anda por el camino de los extraviados, ni se sienta en el banco de los cínicos; (Salmos 1, 1)

  • Maskil de David Dichoso aquel a quien se le ha perdonado la culpa y se le ha cubierto su pecado, (Salmos 32, 1)

  • dichoso aquel a quien el Señor no le tiene en cuenta su delito y no tiene dobles intenciones. (Salmos 32, 2)

  • Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el hombre que se refugia en él. (Salmos 34, 9)

  • Dichoso el hombre que en el Señor ha puesto su esperanza y no se ha ido con los arrogantes ni con los que se pierden en engaños. (Salmos 40, 5)

  • Dichoso el que se preocupa del débil y del pobre, en el día de la desgracia el Señor lo salvará. (Salmos 41, 2)

  • Dichoso el que tú eliges y llamas junto a ti para que habite en tus atrios; nosotros nos saciaremos de los bienes de tu casa, de las cosas de tu santo templo. (Salmos 65, 5)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina