Talált 88 Eredmények: doy

  • Y añadió: "Yo os doy toda planta sementífera que hay sobre la superficie de la tierra y todo árbol que da fruto conteniendo simiente en sí. Ello será vuestra comida. (Génesis 1, 29)

  • A todos los animales del campo, a las aves del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser viviente, yo doy para comida todo herbaje verde". Y así fue. (Génesis 1, 30)

  • Todo cuanto se mueve y tiene vida os servirá de alimento. Yo os lo doy, como antes os di las verduras. (Génesis 9, 3)

  • Aquel día el Señor hizo un pacto con Abrán en estos términos: "A tu descendencia doy esta tierra, desde el torrente de Egipto hasta el gran río, el Éufrates: (Génesis 15, 18)

  • "No, señor; escúchame: yo te doy el campo y la cueva que hay en él; delante de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta". (Génesis 23, 11)

  • y habló así a Efrón en presencia del pueblo: "Escúchame, por favor; yo te doy el precio del campo; tómalo de mi mano y sepultaré en él a mi difunta". (Génesis 23, 13)

  • La tierra que di a Abrahán y a Isaac, te la doy a ti y a tu descendencia". (Génesis 35, 12)

  • A ti te doy Siquén, con preferencia a tus hermanos, la que conquisté a los amorreos con mi espada y mi arco". (Génesis 48, 22)

  • Cuando tienen pleitos vienen a mí, y yo juzgo entre el uno y el otro, y les doy a conocer los mandatos y las leyes de Dios". (Exodo 18, 16)

  • No será cocido con levadura. Se lo doy a ellos como parte de las ofrendas quemadas en mi honor: es una porción sacrosanta, como parte que queda del sacrificio por el pecado y del sacrificio de reparación. (Levítico 6, 10)

  • puesto que el pecho de la presentación y la pierna reservada, que yo retengo para mí en los sacrificios de reconciliación de los hijos de Israel, se lo doy al sacerdote Aarón y a sus hijos: es ley perpetua para todas las generaciones". (Levítico 7, 34)

  • "Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán que os doy en propiedad, si yo infecto de lepra alguna casa de la tierra que vais a ocupar, (Levítico 14, 34)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina