Talált 25 Eredmények: homicida

  • Las ciudades que deis a los levitas serán seis ciudades de refugio, cedidas por vosotros para que en ellas encuentre asilo el homicida, y otras cuarenta y dos ciudades más, (Números 35, 6)

  • encontraréis ciudades que serán para vosotros ciudades de refugio, donde hallará asilo el homicida que haya matado a alguno involuntariamente. (Números 35, 11)

  • Estas ciudades os servirán de asilo contra el vengador de sangre, para que no sea matado el homicida antes de comparecer en juicio ante la comunidad. (Números 35, 12)

  • Pero si lo ha herido con un objeto de hierro y se sigue la muerte, es homicida, y el homicida debe morir. (Números 35, 16)

  • Si lo hirió con una piedra capaz de causar la muerte, y la muerte se sigue, es homicida, y el homicida será castigado con la muerte. (Números 35, 17)

  • Si lo hirió con un palo capaz de producirle la muerte, y la muerte se sigue, es un homicida, y el homicida será castigado con la muerte. (Números 35, 18)

  • Es el vengador de sangre quien matará al homicida; cuando lo encuentre lo matará. (Números 35, 19)

  • o si por enemistad lo golpea a puñetazos y se sigue la muerte, el culpable debe morir. Es un homicida, y el vengador de sangre lo matará cuando lo encuentre. (Números 35, 21)

  • salvando al homicida de las manos del vengador de sangre; lo volverá a la ciudad de refugio donde había huido, y allí se quedará hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • Si el homicida sale del territorio de la ciudad de asilo donde está refugiado (Números 35, 26)

  • porque el homicida debe permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Solamente después de la muerte del sumo sacerdote podrá volver a la tierra donde tiene su heredad. (Números 35, 28)

  • En casos de homicidio se condenará a muerte al homicida después que hayan declarado los testigos; pero el testimonio de un solo testigo no basta para condenar a muerte a una persona. (Números 35, 30)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina