Talált 269 Eredmények: justo

  • Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo, íntegro, y entre sus compañeros seguía los caminos de Dios. (Génesis 6, 9)

  • El Señor dijo a Noé: "Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación. (Génesis 7, 1)

  • Abrán creyó al Señor, y el Señor le consideró como un hombre justo. (Génesis 15, 6)

  • Se le acercó y le dijo: "¿Vas a destruir al justo juntamente con el pecador? (Génesis 18, 23)

  • ¡Lejos de ti hacer tal cosa! ¡Hacer morir al justo con el pecador, tratarle como al culpable! ¡Nunca hagas eso! ¿El juez de toda la tierra no hará justicia?". (Génesis 18, 25)

  • para que me ceda por su justo precio y como propiedad funeraria entre vosotros su cueva de Macpela, la que se encuentra al final de su campo". (Génesis 23, 9)

  • El Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: "Esta vez he pecado. El Señor es justo, y yo y mi pueblo, culpables. (Exodo 9, 27)

  • No intervengas en causas injustas y no hagas morir al inocente y al justo, porque yo no absolveré al malvado. (Exodo 23, 7)

  • Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el Señor prometió con juramento a tus padres, (Deuteronomio 6, 18)

  • No la comerás, para que seáis felices tú y tus hijos después de ti por haber hecho lo que es justo a los ojos del Señor. (Deuteronomio 12, 25)

  • Escucha y cumple todas estas prescripciones que te doy, para que seas feliz siempre tú y tus hijos después de ti, haciendo lo que es justo a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 12, 28)

  • Si dos hombres tienen un pleito, se presentarán al tribunal, que decidirá sobre ellos: se absolverá al justo y se condenará al culpable. (Deuteronomio 25, 1)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina