Talált 19 Eredmények: respectivas

  • con sus respectivas cuarenta basas de plata, dos debajo de cada tablón. (Exodo 26, 21)

  • y veinte columnas con sus respectivas basas de bronce. Los garfios de las columnas y sus anillos serán de plata. (Exodo 27, 10)

  • En el lado norte llevará cincuenta metros de cortinas y veinte columnas con sus respectivas basas de bronce. Los garfios y los anillos de las columnas serán de plata. (Exodo 27, 11)

  • En el lado oeste llevará veinticinco metros de cortinas y diez columnas con sus respectivas basas. (Exodo 27, 12)

  • A la entrada del atrio habrá una cortina de diez metros de púrpura violeta, escarlata y carmesí, de lino fino torzal artísticamente recamado, y cuatro columnas con sus respectivas basas. (Exodo 27, 16)

  • Tomas sangre de sobre el altar y óleo de la unción y asperjas a Aarón y a sus hijos y sus respectivas vestiduras. Así quedarán consagrados Aarón y sus hijos con sus vestiduras. (Exodo 29, 21)

  • y veinte columnas con sus respectivas basas de bronce. Los garfios de las columnas y sus anillos eran de plata. (Exodo 38, 10)

  • En el lado norte llevaba cincuenta metros de cortinas y veinte columnas con sus respectivas basas de bronce. Los garfios de las columnas y sus anillos eran de plata. (Exodo 38, 11)

  • En el lado oeste llevaba veinticinco metros de cortinas y diez columnas con sus respectivas basas. Los garfios de las columnas y sus anillos eran de plata. (Exodo 38, 12)

  • "Ordena a los israelitas que cada jefe de tribu te traiga una vara, es decir, doce varas. Escribe los nombres de los jefes en sus respectivas varas. (Números 17, 17)

  • Manasés no pudo echar a los habitantes de Betsán, de Tanac, de Dor, de Yibleán y de Meguido, con sus respectivas ciudades dependientes; los cananeos siguieron viviendo en ellas. (Jueces 1, 27)

  • Sus dominios y ciudades eran: Betel; al oriente, Naarán; al occidente, Guézer; Siquén y Ayá con sus respectivas aldeas. (I Crónicas 7, 28)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina