Talált 282 Eredmények: trono

  • La mujer dijo al rey: "Que la culpa, oh rey mi señor, caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre; que el rey y su trono sean inocentes". (II Samuel 14, 9)

  • El Señor ha hecho caer sobre ti toda la sangre de la casa de Saúl, a quien has usurpado el trono, y ha puesto el trono en manos de Absalón, tu hijo. Tú estás en la desgracia que mereces, porque eres un hombre sanguinario". (II Samuel 16, 8)

  • El Señor tronó desde los cielos, el altísimo hizo sonar su voz. (II Samuel 22, 14)

  • Ve a visitar al rey David, y dile: ¿No me has jurado tú, ¡oh rey, mi señor!, que tu hijo Salomón te sucederá en tu trono? Entonces, ¿con qué derecho se ha hecho rey Adonías? (I Reyes 1, 13)

  • Ella le contestó: "Señor mío, tú me has jurado por el Señor, tu Dios, que tu hijo Salomón te sucederá en el reino y él se sentará sobre tu trono. (I Reyes 1, 17)

  • Hacia ti, ¡oh rey, mi señor!, se dirigen los ojos de todo Israel, para que les manifiestes quién se debe sentar en el trono del rey, mi señor, después de él. (I Reyes 1, 20)

  • Luego dijo: "¡Oh rey, mi señor!, tú debes de haber ordenado que Adonías te suceda en el reino y se siente en tu trono. (I Reyes 1, 24)

  • ¿Salió, tal vez, de mi señor, el rey, la orden de hacer esto, sin haber notificado a tus siervos quién se había de sentar sobre el trono de mi señor, el rey, después de él?". (I Reyes 1, 27)

  • que, conforme te tengo jurado por el Señor, Dios de Israel: Salomón, tu hijo, me sucederá en el reino y él se sentará sobre mi trono en lugar mío; así lo haré hoy mismo". (I Reyes 1, 30)

  • Vendréis luego con él haciéndole escolta. Y, en llegando aquí, se sentará sobre mi trono y empezará a reinar en lugar mío, pues a él le he designado para ser soberano en Israel y en Judá". (I Reyes 1, 35)

  • Que el Señor esté con Salomón como lo estuvo con el rey, mi señor, y que engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el rey David". (I Reyes 1, 37)

  • Además, se ha sentado Salomón sobre el trono del reino. (I Reyes 1, 46)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina