53. Después tomó como rehenes a los hijos de las principales familias del país y los puso bajo custodia en la Ciudadela de Jerusalén.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina