Job, 25

1. Bildad de Súaj replicó, diciendo:

2. Su dominio es soberano y temible: él hace reinar la paz en sus alturas.

3. ¿Se pueden contar sus legiones? ¿Sobre quién no se alza su luz?

4. ¿Cómo puede un hombre ser justo ante Dios o ser puro un hijo de mujer?

5. Si hasta la luna no tiene brillo ni las estrellas son puras a sus ojos,

6. ¡cuánto menos el hombre, ese gusano, el hijo del hombre, que es sólo una lombriz!

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Job Capítulo 25 es una de las secciones más pequeñas del libro, que consta de solo seis versos. En él, Bildy, uno de los amigos de Job, responde a las preguntas de Job y presenta su perspectiva sobre la justicia divina y la insignificancia de la humanidad ante Dios. Los versos relacionados con los temas abordados en el trabajo 25 son:

Job 4:17-19: "¿Puede el hombre ser justo ante Dios? ¿Ser puro que nace de las mujeres? He aquí, Dios no confía en sus santos, e incluso el cielo no es puro en sus ojos; cuanto menos hombre, menos hombre , que es abominable y corrupto, ¡que bebe iniquidad como agua! " Bildade cree que es imposible que el hombre sea justo ante Dios y que, por mucho que lo intente, nunca será lo suficientemente puro como para acercarse al creador.

Salmo 8:4: "¿Cuál es el hombre mortal que lo recuerda? Y el Hijo del Hombre, para visitarlo?" Este versículo presenta la perspectiva de que la humanidad es pequeña e insignificante en comparación con la grandeza de Dios y su creación.

Job 15:14-16: "¿Qué es el hombre, para que sea puro? ¿Y qué nace de las mujeres, para ser justa? ¡El hombre, que es abominable y corrupto, que bebe iniquidad como agua!" Este versículo es similar al primero, pero es un discurso de Elifaz, otro de los amigos de Job, que está de acuerdo con la perspectiva de la desactivación.

Salmo 144:3-4: "Señor, quién es el hombre, para que lo conozcas, o el Hijo del Hombre, ese hombre es? El hombre es como un aliento; sus días son como la sombra que pasa". Este salmo también presenta la idea de que la humanidad es frágil y efímera, en contraste con la eternidad de Dios.

Job 9:2-3: "De hecho, sé que es esto; ¿cómo puede justificar el hombre a Dios? Si quiere lidiar con él, mil cosas no responderán una". En este versículo, Job expresa su comprensión de que es imposible que el hombre se justifique ante Dios y que no sirve de nada discutir con él, porque Dios es superior e incomprensible para la mente humana.

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