Job, 35

3. Porque tú dices: "¿De qué me sirve, qué gano yo con no pecar?".

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El trabajo 35 es un capítulo en el que Eliú continúa su discurso, argumentando que las acciones de los hombres no afectan a Dios y que es importante buscar a Dios con sinceridad y humildad. También habla sobre la justicia divina y la importancia de confiar en Dios en lugar de confiar en sus propias obras. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el trabajo 35:

Salmo 22:24: "Porque no despreciaba, ni aborrecía la aflicción de la angustia, ni se escondió la cara; antes, cuando lloró, lo escuchó". Este versículo habla sobre cómo Dios no desprecia ni abandona a los afligidos, sino que los escucha cuando lloran con él, relacionados con el mensaje de Eliú sobre la importancia de buscar a Dios con sinceridad.

Salmo 145:17: "Simplemente es el Señor en todos sus caminos, y santo en todas sus obras". Este versículo habla sobre la justicia de Dios y su santidad en todas las obras, que se relaciona con el discurso de Eliú sobre la justicia divina.

Proverbios 3:34: "Ciertamente se burlará de la burla, pero le dará gracia a los mansos". Este versículo habla sobre cómo Dios recompensa al humilde y meek, en oposición al alcance, que se relaciona con el mensaje de Eliú sobre la importancia de buscar a Dios con humildad.

Eclesiastés 3:14: "Sé que todo lo que Dios hace durará para siempre; no se le debe agregar nada a él, y no se debe tomar nada de él; y hace que Dios teme ante él". Este versículo habla sobre cómo todo lo que Dios hace es eterno y no se puede cambiar, lo que se relaciona con el mensaje de Eliú sobre la importancia de confiar en Dios en lugar de confiar en sus propias obras.

Isaías 40:31: "Pero aquellos que esperan en el Señor renovarán su fuerza y ​​se elevarán con las alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se pegarán". Este versículo habla sobre cómo aquellos que esperan en el Señor serán renovados y no se cansarán, relacionados con el mensaje de Eliú sobre la importancia de confiar en Dios y no en su propia fuerza.