Deuteronomio, 29

5. No habéis tenido pan que comer, ni vino o licor fermentado que beber, para que supierais que yo, Yahveh, soy vuestro Dios.

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Deuteronomio 29 trata sobre la renovación del pacto entre Dios y el pueblo de Israel después de la muerte de Moisés. En este capítulo, Moisés recuerda a las personas todas las bendiciones y maldiciones que Dios había prometido en el Pacto, y les insta a permanecer fieles a él. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas abordados en Deuteronomio 29:

Deuteronomio 30:19-20: "Hoy invoco al cielo y a la tierra como testigos contra ti, lo que le puse ante ti vida y muerte, bendición y maldición. Ahora elige la vida, para que tú y tus hijos puedan vivir y amar al Señor, tu Dios, escuche tu voz y llegue a él. Por el Señor es su vida, y él te dará muchos años en la tierra que juró dar a sus antepasados, Abraham, Isaac y Jacob ". Este versículo destaca la importancia de elegir el pacto con Dios, el tema central del Capítulo 29 de Deuteronomio.

Deuteronomio 6:5: "Ama al Señor, tu Dios, tu corazón, toda tu alma y toda tu fuerza". Este versículo refuerza la importancia del amor y la obediencia a Dios, que es la base del pacto entre él y el pueblo de Israel.

1 Reyes 8:61: "Que su corazón esté completamente dedicado al Señor, nuestro Dios, a seguir sus decretos y obedecer sus mandamientos, como hoy". Este versículo destaca la importancia de la dedicación total a Dios y la obediencia a su voluntad, fundamental para el pacto.

Jeremías 31:31-33: "Llegarán los días, declara al Señor, en el que haré un nuevo pacto con Israel y Judá. No será como el pacto que hice con sus antepasados ​​cuando los tomé de la mano Para sacarlos de Egipto, porque rompieron mi pacto, aunque yo soy su Señor. Este es el pacto que haré con la comunidad de Israel después de esos días, declara al Señor. Pondré mi ley en su corazón y lo escribiré En sus corazones. Dios, y ellos serán mi pueblo ". Este versículo habla de la promesa de un nuevo pacto entre Dios y el pueblo de Israel, que se escribirá en los corazones de los fieles y no solo en tabletas de piedra.

Mateo 26:28: "Esta es mi sangre, que ratifica el pacto, derramado para muchos por el perdón de los pecados". Este versículo se refiere al sacrificio de Jesús en la cruz, que ratificó un nuevo pacto entre Dios y la humanidad a través del perdón de los pecados.