I Samuel, 12

6. Samuel dijo al pueblo: "Testigo es el Señor, que suscitó a Moisés y Aarón y sacó a vuestros padres de Egipto.

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1 Samuel 12 comienza con Samuel diciéndose adiós a la gente de Israel y haciendo una retrospectiva del liderazgo de la gente desde la época de los jueces hasta el momento presente, cuando la gente lloró por un rey. Insta a la gente a temer a Dios y seguir sus mandamientos, recordándoles que si se rebelan, serán castigados. Samuel también demuestra el poder de Dios, trayendo una tormenta que asusta a la gente. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en 1 Samuel 12, en orden de proximidad al capítulo:

Deuteronomio 6:4-5: "Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amas, por el Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con todo tu poder". Este versículo habla de la importancia de temer a Dios y amarlo con todo su corazón, alma y fuerza, como Samuel exhortó a la gente de Israel a hacer.

Deuteronomio 11:16: "Mantenga que su corazón sea engañado, desvío, y servirá a otros dioses y lo posse ante ellos". Este versículo advierte al pueblo de Israel que no se desvíe de los mandamientos de Dios y adore a otros dioses, como Samuel les advirtió que si se rebelaban, serían castigados.

1 Reyes 8:35: "Cuando los cielos se rodean, y no hay lluvia, porque han pecado contra ti, y rezan en este lugar, y confesan tu nombre y se convierten de tus pecados, y te has afligido". Este versículo habla de la demostración del poder de Dios en la naturaleza, como lo demostró Samuel al traer la tormenta, y también habla de la importancia de la confesión y la conversión de los pecados.

2 Crónicas 7:14: "Y si mi gente, que se llama por mi nombre, se humillan, y reza, y busca mi rostro y se convertirá de sus malos caminos, entonces escucharé del cielo y perdonaré los pecados de los tuyos, y Sanaré tu tierra ". Este versículo refuerza la importancia de la humildad, la oración y la conversión de los pecados, como Samuel instó a la gente de Israel a hacer.

Salmo 51:17: "Los sacrificios a Dios son el espíritu roto; para un corazón roto y contrito no despreciarás, oh Dios". Este versículo habla de la importancia de la humildad y la contrición ante Dios, como Samuel instó al pueblo de Israel a hacer. También habla de la importancia de la verdadera adoración y arrepentimiento.