1. "Alabad a mi Dios con tamboriles, cantad al Señor con címbalos, cantad en su honor un cántico nuevo, ensalzad e invocad su nombre.

2. El Señor es el Dios que acaba con las guerras, pues en el campamento, en medio del pueblo, me libró de las manos de mis perseguidores.

3. Vinieron los asirios de las montañas del norte con su ejército incontable. La multitud cerraba los valles y los caballos cubrían los montes.

4. Quisieron incendiar mi tierra, pasar a los jóvenes al filo de la espada, estrellar contra el suelo a los niños de pecho, llevarse como botín a los muchachos y raptar a las doncellas.

5. El Señor todopoderoso los deshizo por medio de una mujer.

6. Su jefe no cayó a manos de jóvenes, ni lo hirieron titanes, ni lo atacaron gigantes. ¡Fue Judit, hija de Merarí! Ella lo desarmó con su hermosura.

7. Ella se quitó sus vestidos de viuda para salvar a los afligidos de Israel. Untó su rostro con perfumes,

8. recogió su cabellera en un turbante y se vistió de gala para seducirlo.

9. Sus sandalias robaron sus ojos, y su belleza encadenó su alma; el alfanje segó su cuello.

10. Los persas se estremecieron de su audacia, los medos se turbaron de su temeridad.

11. Entonces mis humildes dieron la voz de alarma y ellos se asustaron; mis débiles gritaron, y ellos se llenaron de terror; dieron voces, y ellos se dieron a la fuga.

12. Hijos de esposas jóvenes los atacaron, como a fugitivos los herían; perecieron por la acción de mi Señor.

13. Cantad a mi Dios un cántico nuevo. Eres grande, Señor, y glorioso, admirable por tu fortaleza e invencible.

14. Que te sirvan todas las criaturas, pues hablaste, y fueron creadas; enviaste tu espíritu, y existieron; y no hay nada que se resista a tu voz.

15. Las aguas desquiciarán los cimientos de los montes; las rocas, ante ti, se derretirán como la cera; pero tú serás siempre propicio con tus fieles.

16. Poca cosa son los sacrificios de olor agradable y es menos que nada la grasa de los holocaustos, pero es grande sobremanera el que te teme.

17. ¡Ay de las naciones que se enfrentan a mi raza! El Señor omnipotente las castigará en el día del juicio, pondrá fuego y gusanos en sus cuerpos y llorarán atormentados para siempre".

18. Cuando llegaron a Jerusalén, adoraron a Dios, se purificaron y ofrecieron holocaustos, dones y ofrendas voluntarias.

19. Judit ofreció a Dios todos los objetos de Holofernes, que el pueblo le había entregado, y los cortinajes que ella había quitado de su dormitorio.

20. El pueblo estuvo celebrando fiestas ante el templo durante tres meses.

21. Después, todos volvieron a sus casas; Judit regresó a Betulia, y se dedicó a su hacienda. Fue famosa en todo el pueblo mientras vivió.

22. Tuvo muchos pretendientes, pero ella no quiso casarse desde que su marido Manasés murió, y fue a reunirse con su pueblo.

23. Su fama crecía cada día hasta que se hizo vieja en casa de su marido Manasés; llegó a la edad de ciento cinco años. Dio la libertad a su esclava y murió en Betulia. La enterraron en el sepulcro de su marido Manasés.

24. Hubo luto en el pueblo durante siete días. Antes de morir, repartió su hacienda entre los parientes de su marido y entre los suyos.

25. Mientras vivió Judit, nadie amenazó a Israel, y ni siquiera en mucho tiempo después de su muerte.





“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina